La Policía confirmó que las víctimas eran perros de otras partes del país que habían llegado a la zona después de que recientemente se encontraran grandes trufas blancas. Grandet había llegado a las magníficas praderas que poseía a orillas del Loira, donde treinta obreros se ocupaban en limpiar, llenar y nivelar los lugares ocupados antes por los álamos. Usted es amigo mío y voy a demostrarle que es una tontería plantar álamos en buenas tierras. Voy a arreglar un asunto, respondió el avaro, que no se engañó acerca del objeto del paseo matutino de su amigo. Cumplido ya el objeto del viaje sólo faltaba regresar á Felsenheim; pero un descubrimiento imprevisto nos detuvo más tiempo del que imaginábamos en el fondeadero de la bahía. Ya comprendo, saltó Ernesto, es lo que se llama pretium affectionis. Por lo que te recomendamos que incluyas su cuidado y revisión dentro de vuestra rutina habitual de cuidados caninos. Hoy como ayer, repite con sus canes una rutina y un aprendizaje como cuando salía de chaval a buscar trufas y setas secas salvajes al paraje de La Escaleruela. Permitidnos, señor, haceros presente que la risa es tan de nuestra esencia como el llanto: llorar, llorar y más llorar desde que salimos de la cuna hasta que ganamos el sepulcro, no es ni razonable, ni factible.
Pero, señor, dijo la criada, ¿quién no ha de sentir piedad por ese joven que duerme como un tronco ignorando su suerte? Su corazón se oprimió como se oprime el corazón de una mujer cuando la compasión, excitada por la desgracia de aquel a quien ama, se apodera por completo de su alma. En aquel momento Eugenia aprendió que la mujer que ama debe disimular siempre sus sentimientos, y no respondió. Yo no sabía una palabra de todo eso, dijo la pobre mujer volviéndose del otro lado para no sufrir las terribles miradas de su marido. Las quiebras de su agente de Bolsa y de su notario, los señores Roguín y Souchet, le arruinaron. Estas palabras helaron de espanto al señor Cruchot, el cual, a pesar de su impasibilidad de notario, sintió frío en la espalda al pensar que el Grandet de París había implorado en vano, sin duda, los millones del Grandet de Saumur.
En todo Saumur no se habla más que de su sobrino. Saumur lo que necesite para lustrar sus botas. Vea usted, señor, le dijo Nanón, qué botas más bonitas tiene su sobrino. Y ¿es verdad, señor, que se comen los muertos? Señor, ¿y no pondrá usted puchero dos veces a la semana ahora que está aquí su sobrino? Pero ¿no ve usted que me ha dado seis terrones de azúcar? No te daré más que seis terrones de azúcar. Básicamente comercio con empresas mayoristas de Francia que realizaban el trabajo de reexpedir en todo el mundo. Desgracias excepcionales y dolores profundos le volvieron hosco y bravo: así como amaba el amor, cual otro Vicario de Wakefield, así le obligó el mundo injusto y perverso a amar el odio; Lord Byron amó y aborreció: amó como serafín, aborreció como demonio. Zoilo, osado antiguo que tuvo la soberbia de concebir envidia por el ciego de Chio, este pontífice de los dioses y padre de las Musas; Zoilo no puede enseñar el bien y la verdad; siendo como es la envidia encarnada en miembros de un hermoso, pero irritado demonio. Por ello, conviene investigar y seleccionar una raza que posea tanto un fuerte instinto olfativo como una gran disposición para el trabajo en el campo.
En est momento pensaba tanto en su sobrino como en el perro. He entrado y le he llamado; pero como si no. Son casi como damiselas. Pues él duerme como si fuera el rey de la tierra, dijo Nanón con triste acento. Ya pueden ustedes almorzar, dijo Nanón bajando las escaleras de cuatro en cuatro. Cuatro veces ocho pies, respondió el obrero después de haber medido. «El señor Grandet, que era uno de los negociantes más estimados de París, se levantó ayer la tapa de los sesos, después de haber hecho su acostumbrada aparición en la Bolsa. La señora Grandet, a cuyo cuello saltó Eugenia para abrazarla con esa viva efusión del corazón que nos causa un pesar secreto, estaba ya sentada en su silla y hacia mitones para el invierno. Muchos de los músculos, sobre todo los del cuello y tórax se dirigen hacia el esternón, y esto da potencia para correr y cazar. Carlos, sin escuchar a su tío, se fue al patio, tomó la escalera, subió a su cuarto y se arrojó sobre su cama metiendo la cabeza entre las sábanas para llorar a su gusto lejos de sus parientes. Miel de abejas. Aplica un poco de miel sobre cada parche de sarna y deja actuar durante 20-30 minutos.